Innovación en la primera misión de las universidades
Resumo
Existe una amplia literatura acerca de las características de las “Universidades Emprendedoras” o “Innovadoras”. Los dos términos se han empleado, en general, para referirse a una misma condición, y por ello diversos rankings de universidades emprendedoras emplean indicadores universalmente reconocidos de actividad innovadora, fundamentalmente relacionada con la investigación y la transferencia de conocimiento (producción científica, patentes registradas y licenciadas, y número de empresas creadas para explotar los resultados de la investigación, etc).
La innovación, efectivamente, se sustenta en una mentalidad emprendedora, pero una Universidad Innovadora es la que transmite dicha mentalidad a todos sus miembros, incluida la primera de sus misiones vertebrales: la educativa. La Universidad Innovadora es la que se convierte en motor de desarrollo económico y social del territorio en el que se asientan, buscando mejorar la sociedad a través del conocimiento.
En los últimos años han surgido diversos intentos de “medir”, de un modo más técnico, este carácter innovador/emprendedor. En un trabajo anterior presentamos una propuesta de caracterización de Universidad emprendedora e innovadora, de la que partimos en este trabajo para definir Universidad Innovadora (UI). La originalidad de esta propuesta radica en que las denominadas tercera y cuarta misión (transferencia de conocimiento y responsabilidad social) se consideran como un elemento transversal, implícito en las dos misiones vertebrales de la universidad. Así, en una UI la relación con, y el impacto en, los agentes de su entorno constituye un aspecto esencial e imbricado en sus dos funciones básicas.
De forma complementaria, se presentan cuatro casos de estudio de universidades merecedoras del calificativo de innovadoras según el modelo propuesto. No se trata de instituciones que tradicionalmente se encuentran en los principales rankings que emplean indicadores cuantitativos de investigación y transferencia, sino de universidades que, a pesar de no alcanzar altos valores en tales indicadores, se han convertido en verdaderos agentes motores de cambio y desarrollo económico y social del entorno en el que se encuentran.